Humor

Cierto día Alex estaba charlando con su hermano en la sala de su casa acerca de que hay que proteger las computadoras para que no les entren virus, y su abuela, que estaba en la cocina, oyó aquella conversación. Al día siguiente, cuando Alex volvió de la escuela, encontró la computadora cubierta con una manta gruesa que suele utilizar en el invierno. Desconcertado, preguntó en voz alta si alguien sabía el motivo.

La abuela se apresuró a contestar con su tierna voz:

—»Cariño, es que ayer le dijiste claramente a tu hermano que es necesario proteger las computadoras de los virus, y a mí me pareció que esa manta tal vez podría ayudar a la tuya. Nunca se sabe lo que pueden pescar en ésta época del año.»

Dicen que la vida no viene con un manual de instrucciones, sino con una dulce abuela siempre dispuesta a ayudar. Estimado lector si todavía conservas la tuya pasa todo el tiempo que puedas con ella, nadie tiene más sabiduría y amor para dar que las abuelas, están hechas de azúcar y de las mejores intenciones.

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