Condénala, Señor, a que me quiera
en forma de que no pueda olvidarme,
y te pido "condénala" que amarme
significa embriagarse de quimera.Al igual que frondosa enredadera
en torno de su vida he de anudarme
y una pasión en el alma
y en el golpe que dé para arrancarme
sentirá que su carne lacera.
Más si acaso, Señor, en su pasado
no existiese maldad que le merezca
la condena que anhelo con fervor,
te suplico, mi Dios, ya resignado,
me concedas la pena gigantesca
de vivir para siempre en su rencor.