El sabio griego Hipócrates conocido como el padre de la medicina, desde tiempos remotos sacó a relucir una verdad a menudo considerada como una bufonada, en una sencilla frase que resume que la fiebre del amor es provocada por cuerpos ajenos. Sin embargo en esta época -más de tres milenios después- la ciencia por fin respalda la famosa frase.
En 2016 un grupo de científicos de la Universidad de Granada realizaron un estudio con 60 voluntarios gracias a los cuales lograron desarrollar el llamado «Mapa térmico del amor». Los resultados de este estudio han demostrado que el amor sube la temperatura en las mejillas, las manos, la zona de la boca, el pecho y los genitales entre uno y dos grados centígrados, además de que acelera la vasodilatación... después de todo parece que Hipócrates no estaba bromeando.